Cofradía de La Balesquida y Martes de Campo: ovetensismo en estado puro

Vivo en Oviedo desde hace lustros. Varios. 

Conozco bien sus calles, sus rincones, las personas, su idiosincracia, he disfrutado de sus fiestas... Sé de Oviedo.

Pero hoy, Martes de Campo, o fiesta de la Balesquida, me siento aún más encantada de vivir aquí. 

Hoy me he hecho cofrade de La Balesquida, la cofradía más antigua de Asturias y casi se podría decir que una de las más veteranas de España.  

Más detalles sobre la misma, en:  www.labalesquida.com
                                                         

Mi solicitud la cursó Vicente "Noreña", un señor que "trabaja" saludando, informando y recibiendo a las personas que se asoman a la Capilla de la Balesquida en sus paseos y visitas por nuestra ciudad. 

Hoy se apresuraba a entregarme, previo pago de la cuota, el título y la medalla que me acredita como tal.

Hasta hace bien poco, no se podía ser cofrade si no se tenía menos de un año de vida. 
Ciertos cambios en el seno de la organización, adecuados a los nuevos tiempos, abrieron la posibilidad a quiénes, como yo, nos apetecía formar parte, aún más, del espíritu regigioso-festivo-medieval-ovetense que posee esta cofradía.
                                                               
Hoy, me acerqué, pues, cómo no! a la Capilla de la Virgen de la Esperanza, para recibir allí todos mis atributos como cofrade, saludar a la gente y seguir mi paseo de la Balesquida hasta el Campo San Francisco, donde recogí el preceptivo bollo y botella de vino.
                                                             

En esta foto de abajo, la Virgen de la Esperanza, una imagen de vestir, muy guapa, como todos los días.


Creo que, aunque ya la había visitado antes, es la primera vez en mi vida que he podido acercarme a la pequeña Capilla, abierta para todo el mundo (generalmente está cerrada, salvo para el culto) y disfrutar de esta mañana en solitario, lo cual me ha encantado.

Bajo estas líneas, el "ramu" que se bendijo, junto con unos cestones llenos de panes de los que me correspondió uno.

También se pudo admirar el bonito estandarte de la cofradía.
                                                           

Como os podréis imaginar, como guía de Turismo que soy, me conozco bien los detalles de la fiesta y de la capilla que alberga a esta cofradía, así como sus orígenes medievales que les describí, con todo lujo de detalles, a dos peregrinas de Málaga que me escuchaban muy atentas.

También me sé bien toda la historia de la cofradía y lo que significó y significa para los ovetenses, pues no en vano tuve la suerte de tener en los albores de mi programa de radio, allá en la primera mitad de los noventa, como colaboradora de lujo, a Carmen Ruiz-Tilve, cronista oficial de Oviedo, quién en sus crónicas de todos los lunes me ilustraba a fondo, durante años, sobre todas las tradiciones e historias del Oviedo de antaño.

Lo que a mí me gustaría es contártelo a tí y a tus amigos o familia, y completar esta información con un paseo por el Oviedo Clásico.

                                                                 

Sobre estas líneas, los tradicionales globos que, en mi época, no esan tan sofisticados.

Luego, tras la visita a la capilla, antiguo hospital de peregrinos, me dirijí hasta el Paseo del Bombé para recoger mis viandas de cofrade y en el camino, me detuve ante la imagen de San Francisco de Asís, al que contemplaba de pequeña siempre delante del arco de la portada románica de la extinta iglesia de San Isidoro, asociación incorrecta que por empeño de los eruditos fue corregida, luciendo San Francisco, solo, como debe, y en el pedestal, el recuerdo a Fray Pedro Compadre, su amigo, quién se adelantó a él en la visita, quedando fascinados por el lugar (Oviedo) y su importancia en el Camino de Santiago, de ahí a fundar el Monasterio de San Francisco que ocupó el solar donde ahora se encuentra...

No os estoy revelando demasiados detalles? Yo lo que quiero es guiaros!
                                                                 

Al Campo de San Francisco, como todos los ovetenses que hemos crecido entre sus árboles, bancos, fuentes, cuestas, paseos, le conocemos también como "el Campo de los hombres buenos".

El Campo. Tantos recuerdos... La fuente del caracol, siempre sin cuernos..!
                                                           

Ya en el Paseo del Bombé, cuyo kiosco de la música, obra de Juan Miguel de la Guardia, da pena y dolor ver en que estado se encuentra, ni lo reparan, ni lo protegen de los grafiteros, me pude encontrar con el maestro Francisco Vigil Sampedro, director de la Banda de Música "Ciudad de Oviedo" que ya había ofrecido un pasacalles y se disponían a hacer disfrutar a los ovetenses de una cuidada selección musical.

En el reservado a autoridades y representantes de La Balesquida, saludé, entre otros, al pintor y escultor Manolo Linares, al librero y estupendo escritor Alberto Polledo, a algún político como Jaime Reinares y Gerardo Antuña, y a alguno de mis colegas periodistas que rodeaban al alcalde Agustín Iglesias Caunedo quién, junto con sus compañeros concejales de corporación, aprovechaba la mañana para combinar abrazos con declaraciones a la prensa y saludos estudiados con foto para inmortalizar el momento.
                                                                

En la foto de arriba, con el artista Manolo Linares y con Mari Luz Villafruela, encantadora cofrade de La Balesquida, artífice de la página web www.martesdecampo.com que siempre me invita al pregón y a las celebraciones. 
Este año no tengo excusa!
                                                               

Fiesta de la Balesquida, nacida de la benevolencia de una adinerada dama, Velasquita Giráldez que, sin saberlo, creó esta cofradía de largo recorrido en la historia festiva de los ovetenses...

Los "peregrinos" del siglo XXI tomamos un "bollu preñao", bebemos vino blanco de León, y disfrutamos de la asturianía y el ovetensismo en una fiesta vinculada, desde el siglo XIII a la peregrinación por el Camino de Santiago.
                                                                 

Sobre estas líneas, el "poderío" de la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo" cruzado el Campo, en dirección al Paseo del Bombé.
                                                               

Y, cómo no, los protagonistas gastronómicos de la jornada...


Cómo me gusta contarlo y ahora, vivirlo!

La próxima cita, el "amagüestu" en la Plaza de Porlier.

Será ya con el frío de diciembre, pero con el calor de la Balesquida en nuestro corazón!
                                                     
                                                          

Comentarios

Entradas populares de este blog

Simpático y protector "sanjuanín"

Compañeras del "A" de las Dominicas 1968-1982: Mi joyero escolar

La hortensia, esa bella sin aroma